Las decisiones guían nuestra vida. Toda ella. Pero no son las culpables de que hoy estemos cómo y dónde estamos, ya que no se toman solas. Las escogemos nosotros, los únicos culpables.
A veces deberíamos pararnos a pensar antes de asumir una u otra dirección en nuestra vida. Organizar nuestra cabeza y recapacitar bien sobre el asunto, pensar en las consecuencias...pero a nosotros no se nos da bien eso. Se nos da mejor precipitarnos y perdernos, tal y como estoy yo ahora, perdida.
Está claro que no siempre nos equivocamos en todas las decisiones que tomamos, pensaréis. Y es cierto, porque muchas nos han llevado a vivir cosas que jamás olvidaremos, de las que nunca nos arrepentiremos y que nos han traído a personas especiales que siempre están a nuestro lado en momentos difíciles -ya sabéis, esos momentos que siempre son por haber cometido un error al tomar una decisión-.
Pero aún así, ¿alguien puede decirme cómo puedo volver al camino correcto y encontrarme? No os molestéis en contestar. Ya sé que no porque todos funcionamos igual...lo que me lleva a la conclusión de que nuestras decisiones y nuestra cabeza, son como la ropa interior.
Cada uno elige la que quiere, la ordena como quiere y al final, siempre acaba cagándola.
"Dedicado a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales"
Albert Espinosa.
Albert Espinosa.
Vistas de página en total
sábado, 14 de septiembre de 2013
Ropa interior.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)