"Dedicado a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales"
Albert Espinosa.

Vistas de página en total

jueves, 27 de agosto de 2015

Drama Queen Madrugautofóbica.

Tres y cuarto de la madrugada. Una chica se deja el móvil en un banco. Era un móvil al que maldecía todos los días, al que no paraba de darle correctivos cuando se volvía loco; un móvil que deseaba que se rompiera o desapareciera de su vida. Cuando se da cuenta vuelve donde lo dejó y ahí estaba, parpadeando de lejos para ella en aquel banco. Cogió su móvil y se fue contenta pensando que por mucho que lo odiara, era suyo y permanecería con ella; todavía no había llegado su hora.
Al alcanzar la rotonda antes de llegar a casa, escuchó un coche venir de lejos...
Ella sabía lo que estaba a punto de pasarle. Empezó a pensar que sí era su hora, pero desaparecerían juntos. Se dió cuenta de que no le daba tiempo a esconderse detrás de ningún obstáculo. El coche avanzó y justo a unos metros, sintió en la espalda los tres balazos. Su móvil cayó al suelo.
Ella se sentía como si estuviera en una película americana. Empezó a pensar lo típico, pues, de una de estas. Creía que por haber pensado que todavia no había llegado la hora de su móvil, había atraído que fuera asi; el coche era una señal. Pero su móvil no desaparecería sin ella. Así que conforme el coche se acercaba, mas le temblaban las piernas y más rapido andaba para llegar a un contenedor que había allí al lado. No le daba tiempo, maldita sea. Estaba dispuesta a que su vida acabara.
El coche pasa junto a ella...eeeh! Un momento...son gente ¡NORMAL!
Lo segundo es lo que me ha pasado hace un rato. Lo primero es todo lo que se ha reproducido en mi mente hasta que ha pasado el coche. Soy una reina del drama madrugautofóbica.

sábado, 22 de agosto de 2015

Nada es imposible si todo es mentira.

En un pueblo de campo; sin a penas contaminación lumínica; Lucas y Ana, amigos de la infancia, charlan en lo alto de una colina. Ambos observan tranquilamente las estrellas, hasta que Ana...
-¿Crees que van a matarnos?
-¿Qué?, ¿quién?, ¿de qué hablas?
-Los de arriba.
-¿Te refieres a los dioses o algo así?
-¿Dioses?, si esa es tu forma de llamarlo...
-No te entiendo Ana, supuestamente solo hay dos formas de ver la creación de la vida. Religión y cienc...
-¡Bah!- interrumpe- supuestamente, tu lo has dicho. Yo no creo en nada de eso. ¿Qué pasa si todo es mentira?
-Deja los rodeos tía. Me vuelves loco.
-Quiero decir, ¿eres consciente de todas las cosas que no sabemos?, ¿de todas las cosas que nos ocultan?. ¿Qué pasa si la ciencia y la religión solo fueran cuentos para entretenernos?, ¿nunca te has detenido a observar el cielo, Lucas?, ¿nunca has visto luces que no corresponden a estrellas ni aviones?
-Hablas de extraterrestres. Estás loca, ¿por qué no lo dejas?
-Yo tengo mis creencias, al igual que los científicos y los religiosos. Y creo que nuestros dioses no son más que seres del espacio, de otros planetas; seres extraños para nosotros. Eso explicaría muchas cosas, ¿sabes?
-¡Ah!, ¿sí?; ¿y qué explicaría, chalada de pacotilla?
-Por ejemplo, explicaría porqué hay millones de personas que dicen haber visto OVNI's en el cielo, incluso meterse en el mar delante de sus ojos.
-Leyendas...
-Explicaría porqué la NASA es tan misteriosa, porqué tiene una planta a la que solo unos pocos pueden acceder y sobre todo porqué hay dos formas de ver la creación de la vida, como tu dices. Si de verdad alguna fuera la correcta, no habría otra.
-¿Y qué crees que hacen con nosotros?, ¿y con qué fin?
-No lo sé Lucas. Experimentos...aún no lo sé, ni creo que lo averigüe en esta vida porque me da miedo y creo que es mejor no indagar. Ni si quiera hablar del tema, podría ser jugar con fuego.
-No creo que tengas una teoría clara que pueda hacerme creer lo mismo que tú.
-No, no la tengo, estoy en ello. Pero lo único que puedo decirte, es que es cierto que los OVNI's existen, que nada es imposible si todo lo que nos han contado hasta ahora es mentira y que todos nuestros movimientos están siendo controlados.
-Forma parte del sistema, Ana. Si no nos controlaran el mundo sería un caos.
-No te pido que creas lo mismo que yo. Solo te pido que pienses en cada una de las cosas que te he dicho, partiendo de la base de que todo, hasta ahora, es mentira. Y por favor, no hables de sistema y caos, porque los propios dueños del sistema, son los culpables del caos en el que vivimos; de que cada día el rico sea más rico y el pobre más pobre. ¿Para eso necesitan controlarnos?, ¿para crear un sistema de mierda?. Hasta mañana Lucas. Piensa mucho.
-Hasta mañana...
Y ahí se quedó Lucas; mirando al cielo apabullado, inquieto e inseguro. Pensando que su amiga estaba completamente loca pero que no había dicho nada sin sentido realmente. Y se fue corriendo a casa...a encerrarse y pensar en la verdadera creación de la vida. Algo que le asustaría por el resto de la suya.

lunes, 17 de agosto de 2015

Alocarte.

Cada persona tiene su propia "colgaera". En mi caso, tiendo a dramatizarlo todo porque nací por las letras, que me permiten dar dramatismo a todo lo que quiero y más. Todo el mundo está ligado a un arte (o varios) de forma más o menos estricta, y cada arte dota a cada persona con unas cualidades y una forma de ver la vida distintas. Cuanto más cercano al arte seas, mayor será tu colgaera; porque eso es el arte, ¿no? La llave maestra que abre las puertas de la locura.
Músicos, actores, bailarines, escritores, escultores, pintores y todo tipo de artistas...¿conocéis alguno cuerdo? Yo no, sea de la manera que sea. No es malo estar loco, lo malo es negar que lo estás y no saber que es un piropo.
El arte tiene el arte de alocarte, y no es porque sea malo, es porque supera los límites de lo bello, porque no se explica, solo se siente y fluye sin control, y todo lo que no tiene control ni explicación está tachado de ser una locura. Una verdadera ironía. Porque lo que realmente es una locura, es querer controlar algo invisible y explicar un sentimiento único de forma genérica. Así que no, ser una chalada dramática no es el peor de mis defectos, si no la mayor de mis virtudes porque el arte, tiene el arte de alocarte.

sábado, 21 de febrero de 2015

Atisbo de lucidez.

Llego tarde. Quizá no debería preocuparme, pues es más bien una cita conmigo mismo, pero algo me dice que me está esperando, aunque sea clínicamente imposible. Entro en el ascensor apurado y pulso el botón de la segunda planta. Al salir al pasillo me saludan cada dos pasos; ya me conocen, es como mi segunda casa, y ellos, mi segunda familia. Respondo con alegría pero no puedo pararme, como suelo hacer; no tengo tiempo.
- Buenos días Paco- dice el doctor en la puerta de la habitación-. Esta mañana la encuentro un poco agitada, ha preguntado dos veces por su padre.
- Buenos días doctor- sonrío, me alegra oír eso, me está esperando-, gracias. Me ha sido imposible llegar antes, ¿puedo pasar?
- Claro, adelante- dice abriéndome la puerta.
- ¿Papá, eres tu?- la oigo preguntar desde alguna parte de la habitación.
- Hola cariño- se me ilumina la cara al verla. Lleva puesto su vestido favorito y está de pie junto a la mesa; en ella, un desayuno con todo lujo de detalles-. ¡Pero qué guapa estás!, ¿has preparado todo esto para mí?
-Si, padre- me sonríe afablemente- quizá se haya enfriado un poco.
- Lo siento, tenía una cita muy importante mi amor, no he podido llegar antes.
Ella no responde, se limita a asentir a modo de comprensión y me hace un gesto para que me siente.
Después de todo debería estar acostumbrado, pero aún me chirría un poco. Llevamos unos cinco años así, no sabe quien soy, solo sabe hasta donde le alcanza la memoria; su padre. Al menos me reconoce. Cinco años viniendo todas las mañanas hasta que cae la tarde, porque yo si sé quien es ella, porque ninguna enfermedad va a poder conmigo.
Se levanta.
- Aura, ¿dónde vas?- pregunto preocupado, parecía triste-. No hemos terminado de desayunar.
No contesta. Me giro y la veo sentada en la cama, mirando un cuadro que tiene en la mesilla de noche. Lo ve cada día; en él, nuestra foto de boda. Pero no repara en el parecido de ese hombre conmigo, ni en su envejecimiento. Mi mujer cree que tiene unos treinta años y que yo soy su padre. El alzheimer no le ha permitido reconocerme desde hace mucho tiempo.
- Aura, ¿estás bien?- digo acercándome. Ella me mira y asiente.
- Creo que necesito descansar.
- Claro, tranquila. Duérmete.
La ayudo a tumbarse y me siento en la butaca que hay justo al lado. Podría pasarme todo el día mirándola. Es tan bonita...Es increíble cómo después de 45 años sigue embelesándome de la manera que lo hace.
Pasa el tiempo y Aura no se despierta; debe estar muy cansada; así que decido irme a comer y dar un paseo. Comprarle unas flores me parece una buena idea. Quizá ella no entienda muy bien porqué su padre le regala flores, pero sigo con la esperanza de que algo le conceda un momento de lucidez..
Cuando vuelvo, ya esta despierta. Esta tumbada en la cama leyendo una revista.
- Hola mi vida- le digo sonriendo. No se había dado cuenta de que había llegado.
Levanta la vista y me mira. Sus ojos empiezan a humedecerse, ¿qué le pasa?
- Aura...- digo arrastrando cada letra de su nombre mientras me acerco-. ¿Qué te pasa, mujer?- le entrego las flores-. No llores, estoy aquí contigo.
Ella me mira fijamente a los ojos; su rostro empapado de lágrimas.
- Muchas gracias por las flores- me sonríe. La sonrisa más bonita que he visto nunca.
- ¿Te gustan?- pregunto devolviéndosela.
- Son preciosas Paco- se me para el corazón-. Te quiero.
Ella ni si quiera se ha dado cuenta de lo que ha dicho. Se incorpora y pone las flores en el jarrón de la mesita. Yo estoy paralizado. No puedo contener el llanto. Aura se gira y me mira.
- ¿Qué te pasa papá?
Un momento. Solo ha sido un momento. Fugaz. Décimas de segundo. Pero ese mínimo instante ha hecho que merezcan la pena todos los días que he vivido durante cinco años. Y es el agua que le faltaba a la fuente de mi energía para seguir todos los que quedan.
- Te quiero, Aura.

domingo, 1 de febrero de 2015

Algo.

Siempre me planto delante de la pantalla a esperar que me llegue la inspiración para escribir algo que conmueva al mundo. Parece que no me doy cuenta de que día tras día es más difícil, y debería, puesto que siempre se queda en blanco. Páginas electrónicas para escribir...quizá sea ese uno de los motivos; toda esta especie de oleada de desconfianza hacia el todo, probablemente venga dada por la era tecnológica.
El caso es que no sé qué escribir. La gente ya a penas se para a sentir, a emocionarse. La situación que estamos viviendo hoy en día cada vez nos indigna más y nos motiva menos. Lo único que vemos es más y más rivalidad entre nosotros, más y más mentiras, más violencia, hostilidad...
Me da miedo saber dónde podría llegar esto. El consumismo va a acabar con todos nosotros.