"Dedicado a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales"
Albert Espinosa.

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sábado, 3 de septiembre de 2011

Recuerdos del presente

He de decir, que este es un post que escribí en Septiembre de 2011, mientras estudiaba para las recuperaciones (las cuales aprobé ;D) y que nunca llegué a publicar, pero que hoy he encontrado en borradores y me he dicho: Alba eres la mejor y no te habias dado cuenta...jaja :P Tiene su explicación, soy la mejor porque soy idiota, sí, irónico...pero resulta que hace ya casi un año que escribí esto y mi situación actual es la misma; sigo preocupándome por personas que no se preocupan por mí, he echado a más gente que vale la pena de mi vida por imbécil...pero ¿qué saco de todo esto? ¿Qué sigo siendo tonta? Pues no, saco que tanto tiempo despues sigo indentificándome con mis propias palabras como si las hubiera escrito hoy, que a pesar de creerlo, no he cambiado, y que sigo siendo yo, la misma chica que comete los mismos errores mil veces por capulla e ingenua, pero eso no es lo importante porque es verdad eso que siempre dijeron: No hay mayor virtud que reconocer tus defectos, y eso a mi se me da de perlas ;)
Sin más dilación...

Querido Septiembre: te odio :)
Apuntes de Historia del Arte en mano; no hago más que pasar las páginas una, y otra, y otra vez. Leyendo sin entender...Esto es un horror.
Todos los días pasan sin pena ni gloria, sin nada que me entretenga; basta que un día decida hacer algo importante, para que haya mil cosas distrayendo mi mente.
Mil cosas que no entiendo, ni quiero saber, pero desde luego son más llamativas que lo estudios.
Hoy no me siento bien, de nuevo. Suele pasar cuando descubres cosas que no te gustan de gente importante para tí.
Suele pasar cuando te das cuenta de que algo falla, que hay engaño por algún lado pero no sabes dónde exactamente.
Quizá debería dejar de pensar en los demás, en quien es importante para mi, porque al fin y al cabo, ¿para quién soy importante yo? Está demostrado que hay un reducido número de personas que puedan dar una afirmativa a esta cuestión, o al menos que puedan demostrarlo. Y, he de reconocer, que a otro pequeño porcentaje que también podía, lo he echado yo. Por imbécil.

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